Puede que no tenga suficientes motivos. Puede que haya más problemas que alegrías en mi vida ahora mismo, pero no pienso echar más tierra a mi tumba. Es más, voy a salir de ahí.
¿Fácil? ¿Quién ha dicho que lo sea? Pero yo puedo. Porque sí.
Porque estoy harta de depender de alguien. Porque quiero ser yo y solamente yo.
Quiero vivir. Quiero ser aquélla niña espontánea, natural y llena de vida, no esta adolescente emo-depresiva que se hunde por cualquier cosa y cualquiera.
Hoy toca sonreir, gritar sin razón, reir tan alto que te quedes sin voz, pero no por nadie, no para ser oída, sólo por mí, porque yo quiero.
Quizás no es bueno ver toda la vida de rosa, pero se acabó verlo todo oscuro. Hay más cosas. Hay gente buena joder, y eso es lo que tengo que aprender. A confiar. A cerrar los ojos y dejarme llevar. Y si me estampo ya cicatrizará esa herida.
Empieza mi nueva vida. Empiezo a ser yo.
Perder el miedo a la vergüenza, al ridículo. ¿Qué más da? Para eso estamos, para reírnos. Pues que así sea.
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