domingo, 24 de junio de 2012

"Una chica con suerte" por Almudena Grandes

La semana pasada en El País Semanal venía este relato corto escrito por Almudena Grandes. Me dio mucha fuerza, esperanza, me hizo bien y me gustaría compartirlo.
Me he vuelto loca buscándolo por internet pero nada.. Así que a falta de hacer algo mejor lo transcribiré aquí (:

UNA CHICA CON SUERTE

   Cuando vio una sombra agazapada en su portal, se asustó. Era bastante tarde y por un instante se arrepintió de no haber aceptado la oferta de sus amigas, que pretendían dejarla en la misma puerta. Pero aquella sombra tenía contornos familiares, misteriosamente conocidos incluso en la penumbra, así que siguió avanzando con cautela mientras su visitante nocturno avanzaba hasta conquistar la luz de una farola.
   -¿Y tú qué haces aquí?
   Era el novio de la que había sido su mejor amiga, y algo más. Veinticuatro horas después sería su marido. Ella le había conocido antes, y algo más. Alto, guapo, jugador de baloncesto, él había sido su primer novio. Había estado enamoradísima de él, había sufrido enormemente por su pérdida, y había necesitado toda su inteligencia, toda su sangre fría, toda su sensatez para encajar la noticia de que su mejor amiga la había reemplazado tres meses después. Lo había pasado mal. Lo había pasado tan mal que durante una temporada se había encerrado en casa a cal y canto, para no tener que afrontar la crisis sentimental que implicaría romper con ella, el quebranto amoroso que representaría verlos juntos, el desastre general en el que sentía que se había convertido su vida.
   Casi un año después, cuando ya le había dado tiempo a cansarse de aquella rutina asfixiante, de casa al trabajo y del trabajo a casa, conoció a Martín, el cuñado de una compañera de la oficina, un genio informático, le contó, capaz de resucitar cualquier ordenador. El suyo se había muerto, así que le llamó y le extrañó que le pusiera tantas pegas, es que ahora estoy muy liado, a ver si el fin de semana, de verdad que no sé si voy a poder... Le rogó, le lloró, se puso tan pesada que consiguió que fuera a casa un sábado a las nueve de la noche. A él arrancar su ordenador no le llevó más de tres cuartos de hora. A ella, comprender su error, apenas un instante.
   ¿Cuánto te debo? Él se la quedó mirando, se echó a reír y contestó con otra pregunta: ¿a mí...? Cuando le explicó que su profesión no consistía en arreglar ordenadores, era que era programador, que se dedicaba a diseñar software que había ido a su casa sólo por curiosidad, para ver la cara de la chica más petarda con la que había hablado en su vida, ella se puso colorada, se excusó de todas las maneras que conocía y le preguntó cómo podría compensarle. Él volvió a contestar con una pregunta: ¿cómo tienes la nevera? Por culpa de la avería que acababa de reparae, no le había dado tiempo a hacer la compra, así que se quedó a cenar. Y a dormir. Y a desayunar.
  Ella siempre se había sentido desafortunada, quizá porque su antigua mejor amiga, la que la sustituyó en el corazón del jugador de baloncesto, siempre había tenido un poco más -dos centímetros de estatura, una décima en el expediente, unos cientos de euros en el sueldo- o un poco menos -una talla, granos en la cara, curvas en las caderas- que ella. Sin embargo, cuando conoció a Martín no se comparó, ni lo comparó con la pareja perfecta que tanto la había atormentado. Se enamoró de él, y ya. Era más bajo, menos delgado, ni guapo ni feo, y ganaba menos que el exdeportista aunque, eso sí, trabajaba por su cuenta, sin horarios ni jefes. Era, además, listísimo, brillante y muy divertido. Por eso no sólo decidió casarse con él, sino invitar a su exmejor amiga y a y su novio a la boda.
   ¿Te casas? ¡Ah, qué casualidad! ¿Y cuándo? ¡Ah, qué casualidad! La tercera casualidad fue la vencida, porque cuando se encontraron en la misma tienda, las dos habían elegido el mismo modelo. Pero tú te casas por lo civil, le dijo la mujer afortunada, ¿no? Y este es un traje más de iglesia, creo yo... Aquella situación le habría roto los nervios si un par de días antes de que se cumpliera el plazo de la primera prueba no se hubiera enterado de que no iban a renovarle el contrato. ¿Es que no es para echarse a llorar -se preguntó a sí misma- que ella tenga siempre tanta suerte y yo tan poca...? La primera sorprendida al concluir que no, que no pasaba nada por casarse con un traje corriente, fue ella misma. ¿Pero por qué?, le preguntó Martín, yo te lo regalo, ése y otro más caro si quieres, ¿para qué quiero yo el dinero?, cómprate el traje que te dé la gana... Que no, y cuando lo dijo estaba misteriosamente contenta, no me hace ninguna falta, de verdad.
   La víspera de su boda, cuando salió a celebrarlo con sus amigas, estaba encantada con su vestido, blanco, veraniego, precioso y baratísimo. Hasta que se encontró con el novio de la chica más afortunada que había conocido en su vida esperándola en el portal de su casa.
   Cuando él le dijo que sabía que nunca había dejado de estar enamorada de él y que había venido a verla para que se despidieran sin que nadie se enterara, se echó a reír.
   Ni siquiera se molestó en contestar aquella oferta, y mientras le dejaba plantado debajo de la farola comprendió por fin cuál tenía más suerte de las dos.
                   Almudena Grandes
   

sábado, 23 de junio de 2012

Esta batalla la gana la sonrisa

Sonrío.
Puede que no tenga suficientes motivos. Puede que haya más problemas que alegrías en mi vida ahora mismo, pero no pienso echar más tierra a mi tumba. Es más, voy a salir de ahí.
¿Fácil? ¿Quién ha dicho que lo sea? Pero yo puedo. Porque sí.
Porque estoy harta de depender de alguien. Porque quiero ser yo y solamente yo.
Quiero vivir. Quiero ser aquélla niña espontánea, natural y llena de vida, no esta adolescente emo-depresiva que se hunde por cualquier cosa y cualquiera.
Hoy toca sonreir, gritar sin razón, reir tan alto que te quedes sin voz, pero no por nadie, no para ser oída, sólo por mí, porque yo quiero.
Quizás no es bueno ver toda la vida de rosa, pero se acabó verlo todo oscuro. Hay más cosas. Hay gente buena joder, y eso es lo que tengo que aprender. A confiar. A cerrar los ojos y dejarme llevar. Y si me estampo ya cicatrizará esa herida.


Empieza mi nueva vida. Empiezo a ser yo.
Perder el miedo a la vergüenza, al ridículo. ¿Qué más da? Para eso estamos, para reírnos. Pues que así sea.

jueves, 21 de junio de 2012

Paulo Coelho

Hace tiempo me leí un libro, "Veronika decide morir".  Me marcó bastante por la situación en la que se encontraba mi vida.
A día de hoy me he empezado este libro de nuevo, y ahora tengo un enfoque bien distinto. Quizás sea más madurez, más experiencia o quizás menos ganas de autodestrucción, pero me está ayudando mucho. Así que he decidido dedicar esta entrada a reseñas del libro que según vaya leyendo iré actualizando, porque dan mucho que pensar y merecen la pena.

VERONIKA DECIDE MORIR


"El miedo y la decepción son el único mal contra el que se puede pelear."
"Todos somos muy similares, compartimos los mismos sentimientos, lo que cambia, es nuestra forma de expresarlos."
"Hay ciertos combates en la vida que sólo tienen dos resultados posibles: o nos destruyen o nos hacen más fuertes."
"El gran peligro fue pensar que la situación en la que me encontraba era perfectamente normal."
"Personas normales que pasan a utilizar la enfermedad como la única alternativa de vida. Eligen estar enfermos porque ser 'normal' da mucho trabajo."
"Tuve que arriesgarme en el combate al que inconscientemente tanto le había temido: la lucha por un sueño."
"El Universo siempre conspira a favor de aquellos que luchan por lo que quieren."
"La gente prefería vivir en un inmenso hospicio, siguiendo religiosamente reglas que nadie sabe quién creó, en lugar de luchar por el derecho a ser diferentes."
"¿Por qué hay tantos locos que no están internos? Porque mientras sean socialmente productivos no se les considera una amenaza. Mientras sean capaces de asistir al trabajo les da igual si en sus ratos libres uno quede en estado catatónico frente al televisor, tenga las más pervertidas fantasías sexuales en Internet, se quede mirando la pared, culpando al mundo, sintiéndose incomprendido, con pánico de salir a la calle, con exceso de higiene, con falta de higiene, con crisis depresivas y llanto compulsivo. Mientras uno sea capaz de ir al trabajo y ofrecer su parte a la sociedad, no se le considera una amenza.."
"¿Qué es la locura? La locura es la incapacidad de comunicarse."
"Entre la normalidad y la locura, que en el fondo son lo mismo, existe un estado intermedio: se llama 'ser diferente'. Y la gente tiene cada vez más miedo de 'ser diferente'."
"Nadie puede juzgar. Sólo uno sabe la dimensión de su propio sufrimiento, o de la ausencia total de sentido de su vida."

Hoy me toca ser feliz

"Si sabes quién eres, no tienes nada que temer." ... O eso me han dicho.
Pues bien, HOY sé quién soy.
Soy yo misma. ¿Qué más da cómo vista, cómo cante, cómo ría? Soy yo, y por primera vez en mucho tiempo, me gusta como soy.
Quiero reír bien alto. Que todo el mundo sepa que soy feliz. Que no han podido conmigo. Que sigo viva y que soy más fuerte que nunca gracias a todos aquéllos que intentaron hacerme daño.
Son las once y media de la mañana. Quizás demasiado temprano para estar tan contenta. El día es largo e impredecible y dicen que no importa cómo empieza sino cómo acaba. Pero mi filosofía para el día de hoy es simple, muéstrale una sonrisa al mundo y éste, como si de un espejo se tratara, te la devolverá.

Por desgracia no es oro todo lo que reluce, y mis motivos de felicidad van más allá de un poco de autoestima. Él es mi motivo de felicidad. Esto no es bueno, pero ahora no puedo más que reír como una idiota enamorada. Pero estoy en proceso de cambiar eso. No más dependencia de NADIE. Aunque, ¿a quién no le gusta que le demuestren un poco de cariño?
Sea como sea, hoy es mi día. Me voy a preocupar sólo y exclusivamente de mí. Pero, ¿qué otra opción tengo, si estoy castigada? :S
Yo encantada. Será uno de esos días de quedarme en casa, escondida entre libros y música y atiborrándome a cafés, pensando en mí, en mi vida y en el mundo.



miércoles, 20 de junio de 2012

Ahora, ¿qué?

Ahora todo parece de color rosa. Pero, ¿por cuánto tiempo? Tratándose de nosotros, no por mucho. Yo me arriesgo. Pongo la mano en el fuego. Por ti, por mi, por nosotros, por esto, por todo lo que ha sido, lo que es y lo que puede llegar a ser, pero sólo si le das una oportunidad. Depende de ti.
Sé que me quieres. Has llegado a decir que me amas. ¿Es cierto? Sólo lo has dicho una vez.. ¿Te habrás arrepentido? Puede ser. Como sea, lucha, pero sobretodo vence. No nos perdamos otra vez porque no hacemos bien a nadie.


~All this money can't buy me a time machine. Can't replace you with a million rings~

Y mientras lloro. Porque sí. Porque soy tonta. Porque te amo. Porque no te quiero perder nunca más. Porque soy una cría tonta enamorada.
¿Y ahora qué pasará?

sábado, 16 de junio de 2012

En 24 horas

7 de junio de 2012

"Me empeño en no olvidarte y cada vez eso se vuelve más difícil. Eres un recuerdo vago.
Vuelvo a ser la chica solitaria que sueña con ser abrazada porque ya se me ha olvidado cómo es que te abracen y que alguien me tenga cariño.
Estas noches me recuerdan a todas aquéllas noches que pasaba hablando contigo hasta quedarme dormida. Los recuerdos duelen. Pero duele aún más que cada vez se vuelvan más y más borrosos hasta el punto de que pienso que los he creado yo.
Eso es lo que hago siempre. Vivo en mi mundo imaginándome cosas y situaciones y a veces no sé si han pasado o no de verdad.
Siempre había estado sola y ahora vuelvo a estarlo, pero se me ha olvidado como estar sola. Es raro. Siento que hay mucha oscuridad dentro mi ahora mismo. Tristeza. Ansiedad. Amargura. Odio. Rencor. Tantas cosas que me consumen y me hacen llorar todo el tiempo. 
Y no tengo nada más que internet con unas cuantas series frikis y libros. Nada más y nada menos.

¿Cómo he pasado de querer morir, de fantasear y especular sobre la muerte a coger un cuchillo e intentarlo? ¿Cómo he llegado a esto?

¿Y lo más gracioso? Que tu ya habrás superado todo esto. Que ni siquiera llegarás a leer esto nunca. Pero aquí sigo yo, consumida por cuatro paredes echándote de menos."


Es una de tantas cosas que escribes pero nunca llegas a enviar, pero a veces la vida parece que te sonríe. Bueno, pues no te precipites, ya que esa sonrisa esconde muchos peligros.


De pronto apareces como si nada hubiera pasado. Con esos ojos y esa sonrisa que hace que no pueda ver nada más en el mundo. Con esos chistes malos que en el fondo tienen gracia. Con ese encanto natural que hace que pueda ser yo misma.
Me guiñas un ojo. Me derrito. Intento mantener la compostura. No sé qué pretendes ni que quieres de mi, te lo dí todo y lo destrozaste, a mi incluída.
Tensión. Somos mejores amigos pero nos falta algo.. Un beso. Los dos lo queremos pero ninguno se atreve. ¿Por qué? Tenemos miedo al fracaso, a que todo se derrumbe una vez más. Creo que ya es tarde. Si no podemos estar juntos, para mí, el mundo ya está derrumbado.
Me dices que en la vida tienes que conseguir lo que quieres como si mañana fuera el último día. ¿Y por qué no lo haces? ¿Es una indirecta para que lo haga yo? Porque la vida es eso que pasa mientras pillas las indirectas.
Es tu filosofía de vida. A lo mejor es que ya no sientes nada de verdad.. Veo cosas donde no las hay. Sí, será eso. Esto es solo amistad. Pero al menos aún te tengo a mi lado. Tan cerca y tan lejos.



miércoles, 13 de junio de 2012

Menos palabrería y más acción

Podría empezar a contar todos mis errores del pasado, y me serviría para desahogarme e incluso quizás para evitar que alguien meta la pata de la misma manera que yo lo hice. Bueno, supongo que en algún momento lo haré, pero no ahora.
Por el momento creo que es más productivo ocuparme que preocuparme. El pasado no tiene solución así que hagamos que el futuro sí.
Mi primer y mayor problema es que cuando estoy sola estoy mal. Antes era tan independiente.. echo de menos a mi antigua yo, y lo más irónico es que antes la odiaba. Pero quiero salir adelante sola. Encontrar la fuerza en mi, no que me la den los demás porque la experiencia ya me ha enseñado que esos "demás" se pueden ir en cualquier momento y yo vuelvo a caer.

Adoro la música por encima de cualquier cosa. Y en parte ayuda mucho, aunque también me deprime otro tanto. Me refugio en ella la mayoría del tiempo para evitar pensar.


La primera medida que estoy tomando es intentar estar ocupada, sobre todo en los demás. Quiero ayudar a los demás pero egoístamente -¡qué raro en mi!- lo hago para no pensar en mis propios problemas. Pero bueno, de una manera u otra hago algo bueno y estoy distraída. 
Quiero un trabajo.
Sí, JÁ. Pero lo quiero. El típico trabajo de verano con el que además puedo sacar un poco de dinero. ¿Qué te puede mantener más ocupada que un trabajo?
¿Cómo lo voy a conseguir? Ni idea, pero lo haré.

domingo, 10 de junio de 2012

All those fairytales are full of shit

Hay muchos tipos de historias.
Existen, o más bien diría que, inventamos los cuentos de hadas. Son esos que leemos para dormir a un niño plácidamente, evitando que no tenga pesadillas y, a la vez, inculcarle esa pequeña mentira que el tiempo desvelará de que las personas, en general, son buenas, y esa gran mentira de que los malos siempre pierden.
Existe la ciencia-ficción. Podríamos decir que se acercan un poco más a la realidad. Quizás no tanto en la parte de naves espaciales y extraterrestres, pero nos enseña que para ganar -cosa que suele pasar en estos relatos- hay que luchar por ello y no darse por vencido nunca. Y nos enseña a soñar. Soñar que la inteligencia va más allá de este planeta, que aún quedan mundos por descubrir..
Existen esas novelas históricas que nos muestran la cruda realidad del pasado. Que en un intento por evitar errores ya cometidos tomemos nota. Pero dicen que la historia se repite. Y eso, sí que es real.
Sin olvidarnos claro de las de misterio. Éstas, sin lugar a duda, están entre mis favoritas. No el misterio de casas encantadas por fantasmas, o un zombie escapando de su tumba y buscando una víctima. Me gusta más ese juego psicológico creado por algún psicópata con serios trastornos mentales que escoge puntillosamente a sus víctimas. ¿Por qué me gusta tanto? Probablemente porque me parece más cercana la posibilidad de que esto pase a la de que nuestras vidas se conviertan en esa película romántica en la que el chico guapo acaba con la chica guapa.
Pero, ¿qué hay más falso que el cuento de la princesa secuestrada por su madrastra y rescatada por el príncipe azul al que nunca ha visto? Sí, sin lugar a dudas las autobiografías son las historias menos fiables. Consciente o inconscientemente nos victimizamos a nosotros mismos quitándoles la razón al resto y exagerando "un poco" nuestra situación, omitiendo esos detalles que resultan ser importantes para la historia, pero no para nuestro punto de vista.

En definitiva con las historias creamos un mundo con el que pretendemos cambiar la visión de los demás, no hay más que ver los periódicos y su forma de deformar la realidad. Pero una cosa está clara, soñar está bien en su justa medida, pues si nos dejamos llevar demasiado por fantasías acabaremos por perder la cabeza al darnos cuenta de que éstas nunca se cumplirán.


jueves, 7 de junio de 2012

Capítulo 1 - Reinventando mi vida

Esa chica que no es ni gorda ni delgada, que no es ni fea ni guapa, que no saca sobresalientes pero tampoco suspende, esa que pasa desapercibida. Esa, soy yo.
Nunca llamé demasiado la atención. Soy bastante alta en comparación al resto de chicas (y de bastantes chicos). No soy gótica, ni heavy, ni punky, ni emo, tengo mi estilo. No es un estilo muy fuerte, es un estilo muy yo. Si estoy de buen humor y tengo confianza en mi misma me gusta ir con mi estilo personal. Si no, usando la ropa pija de mi madre intento pasar desapercibida y camuflarme con el resto.
Se metían bastante conmigo. Por unas razones o por otras. Los niños son crueles y con el paso de los años he agradecido que se fueran metiendo menos y menos conmigo hasta que por fin era una exhalación por los pasillos del instituto y nadie notaba mi presencia.
O casi nadie.

Me llamo Rochelle. Mido metro setenta y seis. Obsesionada con estar delgada. Con fuertes cambios de humor. Impulsiva, cosa que, por lo general, sufre mi pelo cuando decido cortarlo drásticamente de un día para otro. Soñadora en la intimidad, pero realista. Fanática del videojuego de ordenador de Los Sims donde hago mis propias casas. Mi vocación: diseño de interiores/repostería, aún estoy decidiendo. Me gusta llevar la contraria. Adoro cantar, pero dejé de hacerlo cuando supe que lo hacía fatal. Pienso demasiado. Y por lo general me importa lo que piensen de mi. Tengo un oído en frente de otro, según mi hermano pues toda la música me suena a Pop, pero no por eso me deja de gustar. Me encanta leer y ver series pero siempre en versión original, odio los doblajes. Me encanta el shojo, tanto anime como manga. La mayor parte del tiempo vivo en mi propio mundo para abstraerme de la realidad, el resto del tiempo vivo en un pueblo donde todos nos conocemos desde pequeños. Nos criamos juntos en el mismo colegio y ahora en el mismo instituto.

Una amiga de la infancia, la "abeja reina" en el instituto me metió en el grupo. Ese grupo que forma la mitad de la clase, que forman un corrillo en el recreo y van juntos a todas partes. Ese rebaño lleno de ovejas estúpidas que hacen lo que los demás hacen. Ese grupo al que siempre quise pertenecer.
Pues lo hice. Sí señor. Y aquí estoy año y medio después como si nada hubiera pasado y aún siguiera siendo esa chica rara que no llama la atención y que no tiene nada.
Con todo eso de pertenecer a un lugar tuve un novio. El primero. Ese que nunca olvidas. Mis fantasías de sentir lo que era un abrazo, o de vivir las historias que leía en mis libros acabaron. Por primera vez tenía los pies en la Tierra, y estaba feliz.
Pero nunca es suficiente. Mis problemas de inseguridad y autoestima me hicieron insoportablemente celosa. Él, como es obvio, acabó harto de mi.
¿Mi teoría? Nadie puede aguantarme.
Por eso he decidido reinventar mi vida. Quiero cambiar todo. Desde mi habitación hasta mi pelo, pasando desde luego por mi forma de ser.
Bienvenidos a mi mundo