"Cada uno de nosotros posee un destello divino del cual no todos sacamos el máximo provecho. Este destello se parece al diamante, el cual no puede brillar si está enterrado bajo tierra. Pero en todos nosotros existe una luz como la del diamante. Solamente debemos procurar que brille este diamante con su mejor talla."
Sabiduría jasídica
Las piedras preciosas, y en especial el diamante, son símbolos extraordinarios de nuestra riqueza interior. Encontrar esta riqueza y permitir que brille su luz es la mayor satisfacción de quienes buscan tesoros, ya sea en el mundo exterior como en el interior. Un diamante necesita luz exterior para poder reflejarla en miles de arcos de colores. Esto se consigue puliéndolo y tallándolo de la forma apropiada,
Busca los diamantes puros en tu laberinto vital y proporciónales la mejor talla para que puedan brillar. Las piedras más grandes y más caras tienen su propio nombre. Encuentra un nombre para tu diamante, ya que tu alma es más valiosa que el más preciado de los brillantes.
"Primeramente es necesario que el órgano visual se asemeje al objeto que desea observar. El ojo nunca hubiera podido apreciar el sol si no hubiera adquirido su forma.
De la misma manera el alma no podrá reconocer la belleza si antes no adquiere belleza ella misma."
"Me he fijado en los árboles. Detrás de la hoja que se marchita, se esconde siempre la semilla de una nueva flor. La vida en un cuerpo joven, fresco y fuerte también es la envoltura nutritiva de la flor del pensamiento. Y al marchitarse y caer en el tiempo terrenal, se abrirá paso el espíritu de su interior como una flor celestial."
¿Quién no ha pensado alguna vez en la muerte? Yo sí. Yo la he buscado encontrándome así ingresada en la planta de psiquiatría.
Son infinitas las veces que me he imaginado mi funeral. En el mismo momento de mi muerte todos mis "pecados" serían perdonados. Nadie recordaría lo que hice mal, solamente llorarían y dirían: 'Qué joven era para irse. Era buena chica.'
Se anularían automáticamente todos mis malos actos, mis malas decisiones, solo quedaría lo bueno. Pero, ¿quiénes me llorarían? Muchos. Sí. Me llorarían muchos y se arrepentirían de no haber hablado más conmigo, pero la realidad es que serían muy hipócritas si me llorasen porque el contacto no lo mantengo con apenas nadie.
Por esto, hoy he decidido que NO, esos hipócritas que llorarían en mi funeral no lo harán, porque no me verán caer, no me verán enterrada. Esta vez, seré YO quien vaya a sus funerales y cínicamente admita que eran buena gente cuando en verdad fueron unos absolutos cabrones.
He oído demasiadas veces la frase de: "La realidad supera la ficción."
¿Cómo creérsela? ¿Es que acaso existen las brujas, las hadas, los vampiros, zombies, fantasmas, hombres lobo, genios de la lámpara, extraterrestres, dragones, gnomos, duendes, pitufos, unicornios y un larguísimo etcétera?
No lo creo.
Estudio a los Dioses. Los Dioses romanos y griegos y tengo conocimientos básicos sobre los Dioses egipcios. Pero para mí no son más que estudios (aunque muy interesantes ya que me encanta el tema sobrenatural). Pero es como un cuento. No creo en Dios. En ninguno. Quizás a veces crea en el Karma, pero cuando lo pienso mejor no veo que la gente se merezca morir de hambre cuando no han hecho nada malo.
Soy escéptica a todo, sí. Pero eso no quita que me guste escaparme a mi mundo de fantasía donde todo puede ser real. Y ya no hablo solo de dragones y hadas, hablo de ese diálogo con esa persona que tienes montado en tu cabeza cual guión de teatro pero nunca puedes llegar a pronunciar porque las cosas no salen como tú quieres.
Hace un par de días asistí a un funeral. Casi me tengo que salir de la iglesia porque no aguantaba tantísima estupidez seguida. ¿Dios es misericordioso? ¿Seguro? Pues también es bastante egocéntrico a mi parecer oiga.
Resurrección... JÁ.
Estoy totalmente de acuerdo con la frase que dice que Dios es un osito de peluche para los adultos, para que se aferren a que el ser querido está en un lugar mejor y eterno y bla bla bla. Yo también he perdido a gente, pero tengo asumido que están bajo tierra y no son más que huesos, lo que un día fueron solamente queda en forma de recuerdos, materiales y emocionales.
Podría hacer una gran disertación respecto al tema pero las ideas y todos los pensamientos se me amontonan en la cabeza sin orden alguno y estoy cansada.
Esscribiré pronto. Lo sé. Lo necesito.
Puedo decirme mil veces que no miraré atrás,
pero miento, porque ya tengo la cabeza volteada.
Puedo repetirme que ya no te echo de menos,
mientras mis lágrimas siguen cayendo sobre el papel.
Puedo fingir que todo va bien en mi vida
cuando por dentro sólo pienso en huir.
Podría hacerlo... y en su lugar, estoy escribiendo sobre ti.
Porque te amo.
Porque te extraño.
Porque no tengo oxígeno suficiente cuando recuerdo tus besos.
Porque mi estómago grita y amenaza con salírseme por la garganta mientras el corazón se retuerce de dolor por no volver a oir tu voz y a sentir tus caricias.
Puedo ponerme a leer, a ver series, a inventarme excusas baratas para olvidarte, pero no servirá de nada porque estás grabado en mí.
No nos damos cuenta de la vida de los demás. No pensamos más allá de nosotros.
Detrás de cada persona, hay una historia. Ese hombre mayor que está sentado a tu lado en el bus se dirige al hospital a ver a su esposa terminal. Ese niño pequeño que va con su abuela, sufre maltratos en su casa. Esa chica de la que te ríes por estar gorda, llora todos los días en frente del espejo e intenta vomitar la comida en el WC para alcanzar la "perfección" que la sociedad nos ha inculcado. Esa pareja de novios que parecen felices y están abrazados se separarán tarde o temprano, porque nada es para siempre.
Nos empeñamos en creer que nuestros problemas son los más grandes y los peores del planeta, pero no nos preocupamos por mirar a nuestro alrededor e interesarnos por el resto de personas.
Hay gente que, por decirlo de alguna forma, tiene la 'suerte' de que su problema -ya sea una enfermedad, una familia mal estructurada, malos tratos, depresión, etc.- está detectado.
Pero, ¿qué pasa con todas aquellas personas que sufren en silencio? Esas que pintan una sonrisa en su cara y de cara al mundo fingen que todo va bien. ¿Quién les ayuda a ellos?
Escribo con rosa con la intención de que esto me haga ver mejor las cosas, de manera más positiva. He llegado a lo que podríamos llamar "punto muerto". Llevo demasiado tiempo queriendo empezar de cero, queriendo tener una vida, una vida no con la que estar conforme, sino con la que estar feliz. Sé que mi obsesión por alcanzar la perfección es en vano. Nunca llegaré a ser lo que realmente quiero ser. No negaré que me preocupa mi aspecto. Mi pelo, con el que tanto juego cortándolo, tiñéndolo y poniéndome extensiones; todo por conseguir gustarme. Mis ojos oscuros enmarcados por unas notables ojeras que ni el maquillaje puede esconder. Una mirada vacía de sentimientos y a la vez cargada de ellos: el odio, la preocupación, la falta de sueño, las retorcidas pesadillas que tengo ese poco tiempo que consigo dormir pero, sobretodo, confusión. Ya no sé quién soy yo realmente. He perdido algo esencial que siempre me ha ayudado a sobrevivir, he perdido mi fortaleza. Antes confiaba en mí misma, tenía el valor para ignorar (o al menos eso aparentaba delante de ellos) a los que me hacían daño. No dejaba que viesen en mi rostro sentimiento alguno de dolor. Ahora, por el contrario me caigo al mínimo problema. Como decía, mi nariz aguileña que siempre he repudiado, mis labios poco carnosos, mi boca pequeña y nada sensual, mi sonrisa constituída más por encías que por dientes. Esos lunares en sitios horribles. Mis manos adornadas por uñas demasiado grandes para mi gusto (razón por la que me las muerdo) y compuesta de rechonchos dedos. Manos mal formadas, demasiado grandes para mis muñecas tan finas y mis delgados brazos. Mi falta de pecho. Ese horrible vello alrededor del ombligo. Unas piernas delgadas sin concordancia alguna con mis gordos muslos y mi culo caído. Por no hablar de una altura desmesurada y de una talla de pie masculino. Sí, sin duda alguna mi físico ha mermado la capacidad de quererme. Pero sé que he madurado en ciertos aspectos. Eso ya no es lo prioritario. Veo mi salud mental, tan vulnerable e inestable. Mi salud física, anclada a la dependencia del tabaco, cada vez más imprescindible. En realidad lo que más me preocupa es mi interior. ¿Qué he hecho mal para que la vida me trate así? Siempre con la cabeza gacha aguantando los insultos y burlas, conteniendo las lágrimas. Estancada en una sociedad que no me respeta ni me comprende. Aislada del mundo exterior, recluída entre las cuatro paredes de mi habitación donde me limito a hacer actividades en las que no necesite la ayuda de nadie, ya sea leer, ver series, escribir o videojuegos. Es mi refugio. Mi Batcueva. He salido de situaciones realmente jodidas. He hecho lo posible por salir adelante. Pero llega ESE día en el que ya no sabes qué pintas en un mundo de perfección siendo tan imperfecta. Siendo maltratada por la persona que supuestamente te quiere. Oyendo unos "te odio" continuos que se te clavan como pequeñas pero afiladas agujas en el corazón. Finalmente, desconfías de todo. Desconfío de mí. Desconfío de las personas que una vez me levantaron cuando había caído sólo para empujarme de nuevo y tirarme al suelo. Pienso en mis ex dos mejores amigas, llamémoslas L y B. De no ser por mi mejor amiga, Ana, lo más probable es que aún fuese como ellas. Me querría a mí misma. Ignoraría la crueldad del mundo porque yo no la sufriría, yo la causaría. Mi vida se reduciría a hacerme fotos y más fotos adorándome de una manera enfermiza y contando los chicos a los que rechazo desdeñosamente y a los que consigo por medio de la seducción. Una vida fácil sin lugar a dudas. Era bonito fingir ser una mosquita muerta cuando en realidad éramos la realeza de las abejas. ¿Pero está eso bien? ¿Preferiría seguir rodeada de gente que finge ser mi amiga por mero interés social? Soy consciente de los pocos amigos que tengo. Soy consciente del gran vacío que tengo en mi vida a causa de la falta de rutina. Soy consciente, aunque me duela admitirlo, de que tengo una enfermedad. Pero no pienso escudarme tras ella, quiero enfrentarla, derrotarla. No quiero ser L ni B. quiero encontrarme a mí misma. Quiero ser la chica fuerte que un día fui. Quiero ser yo. No quiero perderme la posibilidad de estudiar, de viajar a Londres y a Roma de nuevo. De conocer París. De caerme más veces y levantarme con una sonrisa en la cara, una sonrisa que quizás no sea bonita, pero será mía. No quiero ser un esbozo de nadie. Soy como soy. Y pienso mejorar. Conseguiré ser quien quiero ser y estar orgullosa de mí. Quiero mirarme al espejo y aceptar esos defectos tristemente incorregibles. Quiero irme a dormir sin pensar que soy escoria y que no valgo para nada. Quiero estar bien. Quiero que haya más momentos buenos que malos. Quiero que si lloro sea de felicidad. Quiero luchar hasta el fin. He encontrado algo que pocos encuentran. Una persona de corazón puro. Antes pensaba que Ana, mi mejor amiga, era la mejor persona que jamás había conocido. Maltratada por la vida siempre ha seguido adelante y sin importar qué ha estado ahí para mí. Pero D es excepcional. Por ser como soy le acabaré perdiendo, al igual que aquellos que me han querido alguna vez.
Llevo más de un año queriendo ser yo. La yo que siempre he sido, que a nada ni nadie le temía, que no dejaba que se metieran conmigo, que decía las cosas claras aunque no fuesen plato de buen gusto, esa a la que no le importaba lo que la gente pensase de ella, esa que era independiente.
Hoy afirmo que creo que al fin la he recuperado, me he recuperado a mí misma.
Después de un año y medio anclada a una relación a la que me volví una adicta como si de droga se tratase, después de tres intentos de suicidio, de una internación psiquiátrica, después de noches de pesadillas, intranquilas, de tardes de abatimiento, de juzgarme a mí misma una y otra vez, mi corazón hoy se siente libre.
He aprendido lo que es amar. Pensaba que ya lo sabía, pero estaba muy equivocada.
Antes de hablaros de esto he de dedicarle unas últimas palabras al que un día fue mi droga.
"Aunque no leas esto nunca tengo que decirlo: Gracias.
Dicen que lo que no te mata, te hace más fuerte. Nuestra relación estuvo a punto de matarme... pero hoy en día he conseguido liberarme. Soy feliz y más fuerte.
Puede que haya pasado por demasiado y me gustaría borrarlo pero, ¿la verdad? No borraría absolutamente nada porque gracias a ello soy como soy ahora.
No negaré que hemos pasado muy buenos momentos juntos, porque si lo negase mentiría. Pero confieso que lo que un día compartimos no fue amor.
Dejo ir todos aquellos sueños que un día compartimos, todos los planes de futuro, y los dejo ir tranquilamente a sabiendas de que no me arrepentiré, porque ahora, soy libre, libre de ti."
Te dedico esta canción...
Y ahora para acabar con un buen sabor de boca hablemos de ÉL. El que ha conseguido conquistar mi corazón, el que en un tiempo récord me ha demostrado que puedo confiar en él (cosa de la que aún me sorprendo pues soy desconfiada por naturaleza). Hay algo que sé, que estoy enamorada de él y que esto SÍ es amor. Hay confianza, comprensión, cariño. Estamos tanto para lo bueno como para lo malo.
Es increíble, no es como cualquier otro, es único y es mío. Por razones que escapan a mi entendimiento el sentimiento es recíproco y nunca antes había sido tan feliz
Dicen que la paciencia es la madre de todas las ciencias. Pues bien, he de decir que yo soy de letras.
Odio esperar. Odio no saber lo que va a pasar. Odio que algo se escape a mi entendimiento, a mi razón, a mi control...
La espera me mata.
¿Cuándo podremos estar juntos? ¿Cuándo estará todo bien?
Te extraño tanto...
El cielo es nuestro. Cada noche lo contemplo a sabiendas de que tú haces lo mismo, y miro nuestra estrella, esa que siempre veíamos en el jardín de mi casa mientras estábamos abrazados. Esa estrella que ha visto demasiado en sus millones de años. Debió ser muy importante ya que, aunque ahora esté muerta, su luz aún brilla, dándome esperanzas.
Por el momento me resisto a hablarte. Cada vez que tengo ganas escribo aquí como sustitutivo. No es lo mismo... no obtengo respuesta.
Echo de menos tu olor, ese aroma único que siento cuando estoy en tus brazos. Tu forma "disimulada" de olerme el pelo y de darme un peso en él. Mis brazos rodeándote la cintura mientras me sostienes firmemente para que no me caiga.
Aquí está la canción que me dedicaste... No es alentadora. ¿Tanto daño te he hecho?
Tu a mí sí, eso está claro. Pero aún así te sigo queriendo a mi lado. Por eso, yo te dedico esta...
He llegado a la conclusión de que crees que soy un juguete viejo y roto. Te debates entre sentir lástima por mí y rememorar esos momentos pasados o tirarme junto al cubo de la basura, pues ya no tengo ningún valor, y al parecer..., tampoco arreglo.
He de decirte una cosa: no soy ningún juguete.
Sí, no estaré en mi mejor momento, no seré la más brillante de las estrellas, pero sí que soy una estrella, pequeña, pero tengo valor, un valor que tú no conseguirás quitarme.
Volveré a la vida tarde o temprano al igual que un fénix que renace de sus cenizas. Si consigues mi perdón o mis ansias de venganza, está por ver... Mientras tanto disfruta de tu vida.
Mucho empezar de cero pero, ¿cómo lo hago? ¿Lo quiero? SÍ. Pero ando perdida.
Sé que hace mucho que no escribo y si me lee alguien lo desconozco, es más para desahogarme que para que alguien lo lea ya que sólo conseguiría hundir a esa persona con mis ideas tontas y aburridas.
Esa es mi especialidad, aburrir a las personas. Es como el cuento de 'Pedro y el Lobo', él ha entrado y salido tantas veces de mi vida, y cuando ha salido se suponía que era definitivo que ya nadie me cree, ni siquiera yo misma. Pero siempre queda la pregunta suspendida en el aire: ¿y si esta vez es de verdad? ¿Y si no vuelve?
Pues eso creo que pasa... Ha llegado a su límite, eh, que es normal, a ver quien me aguanta a mí. Pero siento que va en serio esta vez.
Y de pronto, de la noche al día mi mundo se ha venido abajo. Creía haber encontrado mi sitio, amigos, gente que me aceptaba y comprendía pero ahora me he dado de bruces con la realidad. He despertado de mi ensoñamiento y me veo rodeada de escombros. No hay cimientos, no hay paredes que me protejan del exterior, no hay ventanas que me dejen ver la luz del día y lo que afuera me aguarda, no hay NADA. Sólo yo, expuesta a los peligros más que nunca.
Mi cabeza está hecha un caos, todo está desordenado. No sé lo que siento, no sé cómo he de reaccionar ante las cosas, no sé lo que está bien y mal... no sé nada.
Quiero encontrar MI lugar, ¿tan difícil es?
Me acuesto con una inevitable sonrisa en la cara. Está claro, ¿no? Es su culpa. Sólo él es capaz de causar este efecto en mí.
Pero cuidado, no es oro todo lo que reluce. Una sonrisa puede esconder muchas cosas.
Ésta, en concreto, esconde una felicidad que hacía tiempo que no sentía, mezclada con el miedo de no sentirla de nuevo en otro tanto. Esconde el dolor que traen los miles de recuerdos vividos, pero también el dolor de aquéllos que no llegaron a ocurrir. Esconde ese resquicio de esperanza de lo que podrá ser o no en el futuro.
Todos necesitamos a alguien que nos acompañe, ¿por qué iba a ser menos ésta sonrisa? En efecto, la acompaña una lágrima.
No es un "adios", es un "hasta pronto".
Lo sé, porque confío en él, confío en esto.
Le voy a echar de menos como a nada en este mundo. Voy a echar de menos todos los momentos que hemos compartido, desde las risas más inocentes provocadas por unas cosquillas, hasta los momentos más románticos con palabras susurradas al oído, pasando por esos momentos tan bonitos y emotivos que se rompen, ya sea por nuestras bromas o nuestro poco sentido del equilibrio. Pero eso es precisamente lo que nos hace especiales, lo que hace que estemos hechos el uno para el otro, que juntos somos nosotros mismos, somos tal para cual, somos tú y yo.
Ésta noche ha sido especial, la mires por donde la mires. Me encanta su risa. Me encanta cuando me abraza y apoya la cabeza en mi hombro quedándose sopa. Me encanta cuando su mirada me taladra gritándome que me quiere pero con miedo a pronunciarlo en voz alta. Me encanta cuando me aparte el flequillo y me lo pone detrás de la oreja y cuando aprieto los dientes se da cuenta de que se me ha enredado en el piercing y lo compensa con su cara de niño bueno. Me encanta cuando sus labios rozan los míos al hablar. Me encanta cuando me coge en brazos cual princesa. Me encanta cuando intentamos hablar seriamente y cuando nos queremos dar cuenta estamos tirados en el suelo riendo porque nos vamos del tema y acabamos haciendo el tonto, eso que tan bien se nos da a los dos.. Me encanta su olor y el de sus camisetas que me acompañan en tantas noches solitarias. Me encanta el olor a cerveza que desprende su aliento y que me incita a besarle. Me encantan esos suspiros de felicidad que se le escapan cuando estamos acurrucados. Me encanta cuando me da un beso en la frente dándome a entender lo mucho que se preocupa por mí y que le importo. Me encanta esa sonrisa pícara que asoma a sus labios cuando nos miramos expectantes a que el otro dé el siguiente paso.
Me encanta ÉL. En todas sus facetas. Por eso, nadie sabe lo mucho que le voy a extrañar en este lapso de tiempo...
Pero voy a aprovecharlo. Es mi momento, mi oportunidad de cambiar, de ser yo, pero de ser mejor. Quiera o no necesito a alguien, pero no volveré a cometer el error de depender de una persona.
Sin embargo, me he dado cuenta de que tengo a gente que ni por asomo merezco. Gente maravillosa que hacen de pilar, de mis cimientos, y que sin ellos no sé qué sería de mí. Tenemos nuestro más y nuestros menos, pero eso no impide que los quiera con locura. Me han enseñado que hay gente que merece la pena, que ellos merecen la pena, y que hay que confiar un poco más y malpensar un poco menos. Así que gracias por soportarme tantos llantos y rayadas, sois lo mejor (:
Es hora de demostrarme a mí misma y al mundo entero que yo no estoy a la sombra de nadie, que yo tengo luz propia y sé brillar. Así que, aunque no va a ser ni de lejos fácil sé que puedo hacerlo y que puede ser algo bueno para los dos. ¿El truco? Mantenerme tan tan ocupada que no tenga tiempo de pensar.
Y como no podía ser de otra manera el corazón se solidarizó con esa sonrisa y oprimiéndose un poco más debido al dolor, le envió cientos de lágrimas más para que la acompañaran.
Hay veces que sabes lo que te espera. La intuición es un arma muy poderosa y es una de las pocas cosas en las que siempre he confiado plenamente.
Sé que la decisión está tomada de la misma manera en que sé que en algún momento a lo largo de mi vida le volveré a ver. Porque en gran medida creo en el destino. Empecé a creer en él cuando me enamoré de él. Dicen que no puedes luchar contra el destino, que es inútil. Y aunque nuestros caminos vayan a separarse tengo esa esperanza. La esperanza nos da la fuerza para seguir adelante, ¿qué seríamos sin ella?
Ahora intento decirme a mí misma que si esto se acaba (como preveo que así será) será por una buena razón. Si se acaba será porque él así lo ha decidido, y si él así lo ha decidido es que no me merece, es que no me quiere como yo a él, y entonces será lo mejor que pueda ocurrirme. ¿Tan malo sería tener tiempo para mi misma? ¿No depender de nadie? Como en los viejos tiempos.. Yo, yo y yo con mis pensamientos y mis tonterías. No habría rayadas. ¿Por qué iba a haberlas si no hay nadie de quién preocuparse?
Pero, ¿es esa la solución? En parte puede.. Pero si no dejo que nadie más entre en mi vida para evitar el sufrimiento también evitaré la felicidad. ¿Está eso bien? Ahora mismo no estoy segura de nada.. Todo es contradictorio. ¿De verdad estaré tan bien como me quiero imaginar sin él? En realidad no lo creo.. Caeré en mi habitual espiral de sombras como siempre he hecho antes de que entrase en mi vida. Intento cambiar sí, pero con el cambio que se avecina no va a ser nada fácil, no señor.
Y nada de lo que escribo tiene sentido, mis pensamientos no lo tienen y por el momento no me veo capaz de ordenarlos.
Como siempre, ¿qué mejor para expresar los sentimientos que la música?
Evanescence. Mucho Evanescence. Evanescence por doquier, sí señor.
Me autodestruye pero a la vez me calma. Me siento tan terriblemente comprendida...
Y para variar la letra lo dice todo. Por ahora me despido aunque se avecinan, si es que no han llegado ya, tiempos tormentosos y la mejor manera que tengo es desahogándome aquí. Escribiré mucho, para bien y para mal..
Ahora es el momento. Búscate. Encuéntrate. Ante todo tienes que saber quién eres. El resto, vendrá solo.
El primer paso para madurar es dejar de castigarte por esas cosas que hiciste en el pasado. ¿Acaso tienen arreglo? Difícilmente.. Déjalo ir. Preocúpate por el futuro, pero asegúrate de que ese futuro sea conmigo.
Deja de engañarte a ti mismo. Me quieres y lo sabes. Arriésgate. Confía en mi. No te defraudaré.
LO PROMETO
Para mi la música es muy significativa por las letras. Si pongo una canción es que tiene un mensaje oculto (y quien dice oculto dice que está en inglés y que a lo mejor no lo pillas a la primera.. pero vamos, que el mensaje está ahí).
Te doy las claves para superarlo. Te tiendo mi mano para ayudarte. Yo siempre SIEMPRE voy a estar ahí para ti. Aunque tú me eches a un lado. Aunque me odies. Me da igual.. Porque te conozco mejor que nadie, sé cuáles son tus verdaderos sentimientos aunque te autoconvenzas de lo contrario, y por eso nunca me vas a perder.
Sí, estoy enamorada de ti. Y esta vez seré yo la fuerte, lo seré por los dos. Tú no tienes que preocuparte de nada. Sólo encuéntrate. Después no te molestes en buscarme, porque estaré justo a tu lado.
Para terminar este póster me recuerda mucho al videoclip, así que aprovecho para ponerlo. Lo tengo en mi habitación y con él se me han ocurrido miles de historias detrás de esas lágrimas.
Pero se acabaron las lágrimas. El grifo está cerrado. Saldremos juntos de esto porque el amor puede con todo, y el nuestro aún más.
Las personas somos simplemente impredecibles.
Lo damos todo. Ya sea por odio, sed de venganza, por rencor; o bien por amor y cariño. Muchas veces no somos conscientes del daño que podemos causar a los que tenemos a nuestro alrededor con nuestras acciones e incluso solamente con palabras.
Porque sí, las palabras duelen y mucho, pero depende de quién las pronuncie desde luego.. Si ese alguien es importante para nosotros, dolerá más porque eso significa que esa persona nos conoce y que puede tener razón.
Precisamente tenemos miedo de la razón, de la lógica, de lo obvio.
Tememos la soledad, pero a la vez queremos alcanzarla.
Dicen que el ser humano es racional..
JÁ. En mi opinión somos de todo menos racionales.
Nos engañamos a nosotros mismos. Nos contradecimos.
En nuestro intento por evitar el sufrimiento sufrimos más y evitamos que la felicidad entre en nuestras vidas.
No es justo.
Las cosas claras.
No más mentiras. Nadie merece una mentira. Ni siquiera piadosa. Ni medias verdades.
Pero la verdad duele. Y si eres sincero eres un borde que no se preocupa por los sentimientos de los demás.
Todos tenemos un Talón de Aquiles. ¿El mío? Yo.
Sí. Yo soy mi Talón de Aquiles.
Siempre me he odiado a mi misma, pero he intentado dar la sensación de egocentrismo y de creerme superior para no mostrar mis puntos débiles. Imagino que eso lo hacemos todos.. no puedo saberlo claro, sólo sé que eso es lo que hacía yo.
Me miro al espejo. ¿Esa soy yo? ¿Así me ven los demás? Guau.. Ahora entiendo que se metan conmigo. Ahora entiendo que no le guste a nadie. Sí, ahora todo cuadra. Y de pronto veo que la chica del espejo con complejo de altura -porque claro, nada más verte todos dicen: "¡Qué alta eres, qué envidia!" y hacen chistes sobre tu altura para sentirse mejor con ellos mismos y sus complejos de inferioridad, literalmente hablando. No saben lo que dicen. No es que me entusiasmen los tacones, pero no puedo llevarlos porque con ellos me acerco peligrosamente al metro noventa, y eso no es nada atractivo en una chica. Nada. Todos los chicos son bajitos.. no quieren chicas más altas que ellos que les recuerden sus complejos. Y seamos sinceros, yo tampoco quiero un chico bajito que me recuerde los míos.. Así que así está la cosa.. de atractivo cero. "Podrías ser modelo". Sí claro, si estuviera delgada y fuera guapa me encantaría. Pero tengo muchas caderas, estoy regordeta y una nariz aguileña que queda horrible en un rostro femenino.- tiene una lágrima resbalando por la mejilla. Yo sé qué la pasa. Por una vez en su vida se empezaba a querer a si misma. Se veía delgada, concretamente nueve kilos más delgada, se veía presentable sin maquillar. Tenía ganas de comerse el mundo. E iba a reconquistar al que sabía que era el amor de su vida. ¿Qué había cambiado?
A la que ya de por sí parecía una ecuación complicada (lo que no significa que fuera imposible de resolver) se le había añadido un factor más. Un factor que supuestamente había quedado eliminado meses atrás. Un factor que hacía que sus barreras se derrumbasen, que su autoestima desapareciese. Un factor demasiado parecido a ella pero en versión mejorada.
Todos tenemos un némesis. Ella es el mío.
Con constantes comparaciones donde yo salgo perdiendo he quedado hecha trizas.
Pero, ¿merece todo esto la pena? ¿Me merece la pena perder una y otra y otra vez?
Sé que hago daño a todos los de mi alrededor.. pero no lo hago conscientemente. Pero eso, ¿qué más da? El daño está hecho y es lo importante.. Pues SE ACABÓ. Sólo hay una forma de que nadie más sufra por mi culpa.