lunes, 2 de julio de 2012

All alone under the shadows

Todos tenemos un Talón de Aquiles. ¿El mío? Yo.
Sí. Yo soy mi Talón de Aquiles.
Siempre me he odiado a mi misma, pero he intentado dar la sensación de egocentrismo y de creerme superior para no mostrar mis puntos débiles. Imagino que eso lo hacemos todos.. no puedo saberlo claro, sólo sé que eso es lo que hacía yo.

Me miro al espejo. ¿Esa soy yo? ¿Así me ven los demás? Guau.. Ahora entiendo que se metan conmigo. Ahora entiendo que no le guste a nadie. Sí, ahora todo cuadra.
Y de pronto veo que la chica del espejo con complejo de altura -porque claro, nada más verte todos dicen: "¡Qué alta eres, qué envidia!" y hacen chistes sobre tu altura para sentirse mejor con ellos mismos y sus complejos de inferioridad, literalmente hablando. No saben lo que dicen. No es que me entusiasmen los tacones, pero no puedo llevarlos porque con ellos me acerco peligrosamente al metro noventa, y eso no es nada atractivo en una chica. Nada. Todos los chicos son bajitos.. no quieren chicas más altas que ellos que les recuerden sus complejos. Y seamos sinceros, yo tampoco quiero un chico bajito que me recuerde los míos.. Así que así está la cosa.. de atractivo cero. "Podrías ser modelo". Sí claro, si estuviera delgada y fuera guapa me encantaría. Pero tengo muchas caderas, estoy regordeta y una nariz aguileña que queda horrible en un rostro femenino.- tiene una lágrima resbalando por la mejilla.
Yo sé qué la pasa. Por una vez en su vida se empezaba a querer a si misma. Se veía delgada, concretamente nueve kilos más delgada, se veía presentable sin maquillar. Tenía ganas de comerse el mundo. E iba a reconquistar al que sabía que era el amor de su vida. ¿Qué había cambiado?

A la que ya de por sí parecía una ecuación complicada (lo que no significa que fuera imposible de resolver) se le había añadido un factor más. Un factor que supuestamente había quedado eliminado meses atrás. Un factor que hacía que sus barreras se derrumbasen, que su autoestima desapareciese. Un factor demasiado parecido a ella pero en versión mejorada.

Todos tenemos un némesis. Ella es el mío.
Con constantes comparaciones donde yo salgo perdiendo he quedado hecha trizas.

Pero, ¿merece todo esto la pena? ¿Me merece la pena perder una y otra y otra vez?

Sé que hago daño a todos los de mi alrededor.. pero no lo hago conscientemente. Pero eso, ¿qué más da? El daño está hecho y es lo importante.. Pues SE ACABÓ. Sólo hay una forma de que nadie más sufra por mi culpa.



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