sábado, 6 de julio de 2013

El diamante

"Cada uno de nosotros posee un destello divino del cual no todos sacamos el máximo provecho. Este destello se parece al diamante, el cual no puede brillar si está enterrado bajo tierra. Pero en todos nosotros existe una luz como la del diamante. Solamente debemos procurar que brille este diamante con su mejor talla."

Sabiduría jasídica

Las piedras preciosas, y en especial el diamante, son símbolos extraordinarios de nuestra riqueza interior. Encontrar esta riqueza y permitir que brille su luz es la mayor satisfacción de quienes buscan tesoros, ya sea en el mundo exterior como en el interior. Un diamante necesita luz exterior para poder reflejarla en miles de arcos de colores. Esto se consigue puliéndolo y tallándolo de la forma apropiada,
Busca los diamantes puros en tu laberinto vital y proporciónales la mejor talla para que puedan brillar. Las piedras más grandes y más caras tienen su propio nombre. Encuentra un nombre para tu diamante, ya que tu alma es más valiosa que el más preciado de los brillantes.


La belleza

"Primeramente es necesario que el órgano visual se asemeje al objeto que desea observar. El ojo nunca hubiera podido apreciar el sol si no hubiera adquirido su forma.
De la misma manera el alma no podrá reconocer la belleza si antes no adquiere belleza ella misma."

Plotino


jueves, 4 de julio de 2013

La Flor

"Me he fijado en los árboles. Detrás de la hoja que se marchita, se esconde siempre la semilla de una nueva flor. La vida en un cuerpo joven, fresco y fuerte también es la envoltura nutritiva de la flor del pensamiento. Y al marchitarse y caer en el tiempo terrenal, se abrirá paso el espíritu de su interior como una flor celestial."

Bettina von Arnim


I'll bury you

¿Quién no ha pensado alguna vez en la muerte? Yo sí. Yo la he buscado encontrándome así ingresada en la planta de psiquiatría.

Son infinitas las veces que me he imaginado mi funeral. En el mismo momento de mi muerte todos mis "pecados" serían perdonados. Nadie recordaría lo que hice mal, solamente llorarían y dirían: 'Qué joven era para irse. Era buena chica.'
Se anularían automáticamente todos mis malos actos, mis malas decisiones, solo quedaría lo bueno. Pero, ¿quiénes me llorarían? Muchos. Sí. Me llorarían muchos y se arrepentirían de no haber hablado más conmigo, pero la realidad es que serían muy hipócritas si me llorasen porque el contacto no lo mantengo con apenas nadie.

Por esto, hoy he decidido que NO, esos hipócritas que llorarían en mi funeral no lo harán, porque no me verán caer, no me verán enterrada. Esta vez, seré YO quien vaya a sus funerales y cínicamente admita que eran buena gente cuando en verdad fueron unos absolutos cabrones.


He vuelto, y no tengo pensado irme pronto.