No nos damos cuenta de la vida de los demás. No pensamos más allá de nosotros.
Detrás de cada persona, hay una historia. Ese hombre mayor que está sentado a tu lado en el bus se dirige al hospital a ver a su esposa terminal. Ese niño pequeño que va con su abuela, sufre maltratos en su casa. Esa chica de la que te ríes por estar gorda, llora todos los días en frente del espejo e intenta vomitar la comida en el WC para alcanzar la "perfección" que la sociedad nos ha inculcado. Esa pareja de novios que parecen felices y están abrazados se separarán tarde o temprano, porque nada es para siempre.
Nos empeñamos en creer que nuestros problemas son los más grandes y los peores del planeta, pero no nos preocupamos por mirar a nuestro alrededor e interesarnos por el resto de personas.
Hay gente que, por decirlo de alguna forma, tiene la 'suerte' de que su problema -ya sea una enfermedad, una familia mal estructurada, malos tratos, depresión, etc.- está detectado.
Pero, ¿qué pasa con todas aquellas personas que sufren en silencio? Esas que pintan una sonrisa en su cara y de cara al mundo fingen que todo va bien. ¿Quién les ayuda a ellos?