viernes, 29 de marzo de 2013

Punto Muerto

Escribo con rosa con la intención de que esto me haga ver mejor las cosas, de manera más positiva.
He llegado a lo que podríamos llamar "punto muerto". Llevo demasiado tiempo queriendo empezar de cero, queriendo tener una vida, una vida no con la que estar conforme, sino con la que estar feliz.
Sé que mi obsesión por alcanzar la perfección es en vano. Nunca llegaré a ser lo que realmente quiero ser.
No negaré que me preocupa mi aspecto. Mi pelo, con el que tanto juego cortándolo, tiñéndolo y poniéndome extensiones; todo por conseguir gustarme. Mis ojos oscuros enmarcados por unas notables ojeras que ni el maquillaje puede esconder. Una mirada vacía de sentimientos y a la vez cargada de ellos: el odio, la preocupación, la falta de sueño, las retorcidas pesadillas que tengo ese poco tiempo que consigo dormir pero, sobretodo, confusión. Ya no sé quién soy yo realmente. He perdido algo esencial que siempre me ha ayudado a sobrevivir, he perdido mi fortaleza. Antes confiaba en mí misma, tenía el valor para ignorar (o al menos eso aparentaba delante de ellos) a los que me hacían daño. No dejaba que viesen en mi rostro sentimiento alguno de dolor. Ahora, por el contrario me caigo al mínimo problema.
Como decía, mi nariz aguileña que siempre he repudiado, mis labios poco carnosos, mi boca pequeña y nada sensual, mi sonrisa constituída más por encías que por dientes. Esos lunares en sitios horribles. Mis manos adornadas por uñas demasiado grandes para mi gusto (razón por la que me las muerdo) y compuesta de rechonchos dedos. Manos mal formadas, demasiado grandes para mis muñecas tan finas y mis delgados brazos. Mi falta de pecho. Ese horrible vello alrededor del ombligo. Unas piernas delgadas sin concordancia alguna con mis gordos muslos y mi culo caído. Por no hablar de una altura desmesurada y de una talla de pie masculino.
Sí, sin duda alguna mi físico ha mermado la capacidad de quererme. Pero sé que he madurado en ciertos aspectos. Eso ya no es lo prioritario. Veo mi salud mental, tan vulnerable e inestable. Mi salud física, anclada a la dependencia del tabaco, cada vez más imprescindible.
En realidad lo que más me preocupa es mi interior. ¿Qué he hecho mal para que la vida me trate así? Siempre con la cabeza gacha aguantando los insultos y burlas, conteniendo las lágrimas. Estancada en una sociedad que no me respeta ni me comprende. Aislada del mundo exterior, recluída entre las cuatro paredes de mi habitación donde me limito a hacer actividades en las que no necesite la ayuda de nadie, ya sea leer, ver series, escribir o videojuegos. Es mi refugio. Mi Batcueva.
He salido de situaciones realmente jodidas. He hecho lo posible por salir adelante. Pero llega ESE día en el que ya no sabes qué pintas en un mundo de perfección siendo tan imperfecta.
Siendo maltratada por la persona que supuestamente te quiere. Oyendo unos "te odio" continuos que se te clavan como pequeñas pero afiladas agujas en el corazón.
Finalmente, desconfías de todo. Desconfío de mí. Desconfío de las personas que una vez me levantaron cuando había caído sólo para empujarme de nuevo y tirarme al suelo.

Pienso en mis ex dos mejores amigas, llamémoslas L y B. De no ser por mi mejor amiga, Ana, lo más probable es que aún fuese como ellas. Me querría a mí misma. Ignoraría la crueldad del mundo porque yo no la sufriría, yo la causaría. Mi vida se reduciría a hacerme fotos y más fotos adorándome de una manera enfermiza y contando los chicos a los que rechazo desdeñosamente y a los que consigo por medio de la seducción.
Una vida fácil sin lugar a dudas. Era bonito fingir ser una mosquita muerta cuando en realidad éramos la realeza de las abejas.
¿Pero está eso bien? ¿Preferiría seguir rodeada de gente que finge ser mi amiga por mero interés social?
Soy consciente de los pocos amigos que tengo. Soy consciente del gran vacío que tengo en mi vida a causa de la falta de rutina. Soy consciente, aunque me duela admitirlo, de que tengo una enfermedad. Pero no pienso escudarme tras ella, quiero enfrentarla, derrotarla.
No quiero ser L ni B. quiero encontrarme a mí misma. Quiero ser la chica fuerte que un día fui. Quiero ser yo.
No quiero perderme la posibilidad de estudiar, de viajar a Londres y a Roma de nuevo. De conocer París. De caerme más veces y levantarme con una sonrisa en la cara, una sonrisa que quizás no sea bonita, pero será mía. No quiero ser un esbozo de nadie. Soy como soy. Y pienso mejorar. Conseguiré ser quien quiero ser y estar orgullosa de mí. Quiero mirarme al espejo y aceptar esos defectos tristemente incorregibles. Quiero irme a dormir sin pensar que soy escoria y que no valgo para nada. Quiero estar bien. Quiero que haya más momentos buenos que malos. Quiero que si lloro sea de felicidad.
Quiero luchar hasta el fin.
He encontrado algo que pocos encuentran. Una persona de corazón puro. Antes pensaba que Ana, mi mejor amiga, era la mejor persona que jamás había conocido. Maltratada por la vida siempre ha seguido adelante y sin importar qué ha estado ahí para mí. Pero D es excepcional. Por ser como soy le acabaré perdiendo, al igual que aquellos que me han querido alguna vez.

martes, 5 de marzo de 2013

My Cinderella Story Scene


Llevo más de un año queriendo ser yo. La yo que siempre he sido, que a nada ni nadie le temía, que no dejaba que se metieran conmigo, que decía las cosas claras aunque no fuesen plato de buen gusto, esa a la que no le importaba lo que la gente pensase de ella, esa que era independiente.
Hoy afirmo que creo que al fin la he recuperado, me he recuperado a mí misma.
Después de un año y medio anclada a una relación a la que me volví una adicta como si de droga se tratase, después de tres intentos de suicidio, de una internación psiquiátrica, después de noches de pesadillas, intranquilas, de tardes de abatimiento, de juzgarme a mí misma una y otra vez, mi corazón hoy se siente libre.
He aprendido lo que es amar. Pensaba que ya lo sabía, pero estaba muy equivocada.
Antes de hablaros de esto he de dedicarle unas últimas palabras al que un día fue mi droga.

"Aunque no leas esto nunca tengo que decirlo: Gracias.
Dicen que lo que no te mata, te hace más fuerte. Nuestra relación estuvo a punto de matarme... pero hoy en día he conseguido liberarme. Soy feliz y más fuerte.
Puede que haya pasado por demasiado y me gustaría borrarlo pero, ¿la verdad? No borraría absolutamente nada porque gracias a ello soy como soy ahora.
No negaré que hemos pasado muy buenos momentos juntos, porque si lo negase mentiría. Pero confieso que lo que un día compartimos no fue amor.
Dejo ir todos aquellos sueños que un día compartimos, todos los planes de futuro, y los dejo ir tranquilamente a sabiendas de que no me arrepentiré, porque ahora, soy libre, libre de ti."

Te dedico esta canción...

Y ahora para acabar con un buen sabor de boca hablemos de ÉL. El que ha conseguido conquistar mi corazón, el que en un tiempo récord me ha demostrado que puedo confiar en él (cosa de la que aún me sorprendo pues soy desconfiada por naturaleza). Hay algo que sé, que estoy enamorada de él y que esto SÍ es amor. Hay confianza, comprensión, cariño. Estamos tanto para lo bueno como para lo malo.
Es increíble, no es como cualquier otro, es único y es mío. Por razones que escapan a mi entendimiento el sentimiento es recíproco y nunca antes había sido tan feliz